miércoles, 3 de octubre de 2012

Onetti e Idea






Una tarde de los años 50, en un café del centro de Montevideo, se conocieron. Ya antes se habían leído, el resto iba a llegar por sí solo. Estaba seduciéndome a fondo con lo mejor de sí mismo y tanto que yo me quedé convencida de que aquello era la séptima maravilla. Esa misma noche me enamoré de él. Me enamoré, me enamoré, me enamoré, confiesa la Vilariño en una de las pocas entrevistas a las que accedió.
A este primer encuentro siguió un periodo de largas cartas en las que se trataban —todavía— de usted y en las que se gestó lo inevitable.
Fueron amantes durante muchísimo tiempo: una tormentosa relación, de continuas rupturas y pasionales reencuentros. Así como podían estar semanas, meses sin saber el uno del otro; podían pasar etapas de encierro en las que el deseo abarcaba días y noches capaces de borrar el resto. Se mandaban al diablo y el mismo diablo los juntaba.
Aún así, la ruptura final los pilló desprevenidos. Años más tarde, en 1961, uno de los días que estaban juntos, Idea —que entonces era profesora—, fue llamada a una asamblea de urgencia a causa del asesinato del profesor Arbelio Ramírez. "Si vas no me encuentras a tu regreso”, sentenció el escritor. Ella, sin tomar en serio la amenaza, fue a la reunión de la que escapó lo antes que pudo: un terrible presentimiento, tal vez. Cuando llegó a casa, la encontró vacía, una nota donde Onetti la insultaba y el suelo lleno de papeles arrugados, eran unos poemas de amor que ella le había dado.
Se volvieron a ver una vez más. En 1974, el diario Marcha fue clausurado a causa de la publicación del cuento ganador de un concurso del que Onetti fue jurado y en el que los militares leyeron un complot contra la dictadura; en consecuencia, encarcelaron por tres meses al escritor. El día que salió de prisión, su antigua amante fue a verlo. Se quedaron callados. . Cuenta ella:
— Nos moriremos sin aprender a hablarnos.
— Siempre nos costó —respondió él, la miró, dejó de mirarla —siempre me inhibiste en todo.
— Tú también —respondió ella.
— ¿Así que yo no sé lo que es el amor? Vos sufrías de amnesia, evidentemente. La primera vez que entré a tu sala del Museo quedé loco por vos. Nunca entendí lo que me pasaba; pero estaba loco por vos.
— Nunca me lo dijiste.
— Nunca entendí aquel deseo de posesión, aquel afán dominador –le reprocha él—. No te dejaba ir a clase, es cierto. No podía soportarlo. Y no se trataba de deseo; si no, no sentiría esta horrible ternura que siento por vos.
El hombre también recuerda.
—¿Por qué dice Idea que nunca sabrás quien es ella?—pregunta la periodista —No sé... Yo nunca sentí que ella estuviera enamorada de mí.
— No entiendo, ¿cómo que nunca estuvo enamorada? ¿Y los poemas que te escribió?
— Yo no digo que no estuvo, sino que nunca sentí que estuvo. Yo creo que lo suyo es algo muy cerebral, intelectual.
—¿Nada más?
— También cama.
De todas maneras es la poesía de la Vilariño, los que mejor cuentan la historia de este amor en la que, como ella misma lo dice en uno de sus poemas,”la soledad es la única certidumbre”. Habrá sido muy difícil amar un genio; pero más difícil aún, dejar de amarlo... esto es para usted.

Carta de Voltaire a Olimpia Dunover




La Haya 1713

Estoy un preso aquí en el nombre del rey; pueden tomar mi vida, pero no el amor que siento por tí. Sí, mi amante adorable, te veré esta noche, así tenga que poner mi cabeza en un atascadero para hacerlo.
Por el todos los cielos, no me escribas en los términos desastrosos que lo hicisye; debes vivir y ser cautelosa; guárdate de tu madre como de tu peor enemigo. ¿Qué digo? Guárdate de todos; no confíes en nadie; mantente lista, tan pronto como la luna sea visible; saldré del hotel de incógnito, tomaré un carruaje o una silla, y conduciremos como el viento a Sheveningen; Llevaré el papel y la tinta conmigo; escribiremos nuestras cartas.
Si me amas, tranquilízate; y llama toda tu fortaleza y presencia de la mente en tu ayuda; no dejes que tu madre note nada, intenta tener tus cuadros, y está segura de que la amenaza de las torturas más grandes no me impedirá cumplir. No, nada tiene la energía de apartarme de tí; nuestro amor se basa en la virtud, y durará mientras nuestras vidas lo hagan.
Adieu, no hay nada que no afronte por tu bien; mereces mucho más que eso.
¡Adieu, mi corazón querido!

Arout (Voltaire)

sábado, 29 de septiembre de 2012

Compilado...


Octavio Paz y Elena Garro

Amor y Paz
Los escritores Octavio Paz y Elena Garro estuvieron casados de 1937 a 1963, tuvieron una hija de nombre Laura Helena. Durante el noviazgo (1935), el futuro Premio Nobel de Literatura 1990 escribió unas 20 cartas de amor que en total ocupan 17 páginas. En ellas hay fragmentos como:

El temor que nos sobrecoge es un temblor sagrado. Un hombre ama a una mujer y la besa: de ese beso nace el mundo...Creces, surges, fuera, dentro, impalpable, en el aire y el alma -un alma como aire mecido en música con un tacto de luz…Doy gracias a Dios porque existes.

Juan Rulfo y Clara Aparicio

Clara Angelina Aparicio Reyes, esposa y compañera de Juan Rulfo, recibió 81 cartas de amor del autor de 1945 a 1950, años de noviazgo y primeros de matrimonio. En las respuestas a las misivas, ella hace varias observaciones sobre Pedro Páramo. Incluso el libro El Llano en Llamas está dedicado a ella. 
Chachinita, como cariñosamente la llamaba, leía frases como:

Desde que te conozco, hay un eco en cada rama que repite tu nombre; en las ramas altas, lejanas; en las ramas que están junto a nosotros, se oye. Se oye como si despertáramos de un sueño en el alba. Se respira en las hojas, se mueve como se mueven las gotas del agua. Clara: corazón, rosa, amor...Junto a tu nombre el dolor es una cosa extraña. Es una cosa que nos mira y se va, como se va la sangre de una herida; como se va la muerte de la vida. Y la vida se llena con tu nombre: Clara, claridad esclarecida. Yo pondría mi corazón entre tus manos sin que él se rebelara…

Jaime Sabines y Chepita

Jaime Sabines y Josefina.
 La fuente de pasión amorosa de Jaime Sabines fue Josefa Rodríguez, Chepita. En 1947 comenzó la escritura de las cartas del poeta chiapaneco cuando tenía 21 años, donde ya deja ver su talento en las letras:
¿Es posible que, a estas alturas, no creas en mí? ¿O te sientas débil ante la distancia y ante el tiempo? Yo nunca te he jurado fidelidad sexual; no podría ser; es absurdo; tú misma no la deseas. El que yo ande con otra no quiere decir que deje de andar contigo. Tú estás más allá de todo esto, linda. Sería hacerte pequeña introducirte en estas pequeñeces. Tú no eres ni circunstancia ni accidente –te lo he dicho–, tú eres intimidad, esencia.
En otro carta el amoroso Sabines dice: Es posible que te haya hecho daño muchas veces. Es posible que aún te haga más mal. Pero quiero pedirte que todo lo perdones. Yo siempre he querido estar seguro de que me quieres como soy, y entonces me he propuesto ser como soy. Nada me ha detenido. Nada podría tampoco hacerme falso, distinto... No lo olvides. Sabes bien que mientras tú seas tú yo seré tuyo. Que giro alrededor de ti, que sólo en ti he encontrado paz y alegría. Y que muchas veces me voy, sólo porque quiero volver.


Frida Kahlo y sus novios


Con un lenguaje vivaz, auténtico, sencillo y al servicio de lo realmente importante que es comunicar, la pintora Frida Kahlo escribió distintas cartas a sus parejas sentimentales que muestran su sensibilidad.
En 1926 a su novio Alejandro Gómez Arías: …aunque haya dicho Te Quiero a muchos y haya tenido citas y besado a otros, en el fondo sólo te he amado a ti…
En 1935 al pintor Diego Rivera: ¿Por qué seré tan mula y rejega de no entender que las cartas, los líos con las enaguas, las profesoras de…inglés, las modelos gitanas, las ayudantes de “buena voluntad”, las discípulas interesadas en el “arte de pintar” y las “enviadas plenipotenciarias de lejanos lugares” significan únicamente vaciladas, y que en el fondo tú y yo nos queremos harto?
En 1947 a Carlos Pellicer: ¿Se pueden inventar verbos? Quiero decirte uno : Yo te cielo, así mis alas se extienden enormes para amarte sin medida.

Diego Rivera y Frida Kahlo

El muralista mexicano estuvo casado de 1911 a 1921 con la rusa Angelina Beloff; volvió a contraer nupcias en 1922 con Guadalupe Marín y en 1928 se divorcian. Su tercer matrimonio fue en 1929 con Frida Kahlo, a quien le enviaba cartas, algunas de ellas ilustradas, en 1939 le dice:Diego y Frida
Tu retrato nuevo con tu Chang (un mono, mascota de la artista) está verdaderamente maravilloso, tu genio de pintor está en el cuadro y en tu imagen, decididamente no hay ningún pintor viviente que pueda hacer lo que tú”. Kahlo, por su parte, dice de Diego: Rivera, revolucionario rojo, rompió realmente reacción recomendando realidad.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Cartas de Pablo Neruda a Mercedes Urrutia


“No me escribas más privadamente"

Roma 21 Diciembre 1950 

Matilde
Supondrás lo que sentí con tu carta. Un sentimiento grande contra ti me ha impedido escribirte hasta ahora. También comprende que no es justo.
Bien, qué vamos a hacerle!
No podrías venir a París? 
Nosotros regresaremos allí antes de un mes.
Yo [ilegible] ayudar en cuanto pudiera. Sabes que he ganado un premio de varios millones [se refiere al premio Internacional de la Paz, que recibió con Picasso el 22 de noviembre de 1951]. Pero no puedo mandarte para tu pasaje, por razones que tú comprenderás. Estuve en la India por diez días. Tu carta la recibí el mismo día en que partí. Me sirvió la India para olvidarla. Luego hemos estado en Varsovia, Praga y Viena... Desde ahora no me escribas más personalmente. Si te fuera muy necesario el dinero para venir y lo hubieras decidido, puedes escribir a Miguel Otero Silva [escritor venezolano, uno de los grandes amigos de Neruda], "El Nacional", Caracas, diciéndole que le recuerdas la cordial promesa que hiciste a me hizo y que puede enviártelo. Claro que no se trata de lo mismo pero yo me arreglaría con él.
Tu decidirás. Si vienes cuenta conmigo para que se me quite la rabia. En verdad te necesito. Ahora no me escribas mas privadamente. Contestame en forma general sobre tu vida y proyectos, y así me dices tu decisión para que se sepa y tome yo con Delia las medidas necesarias.
Hasta luego
Pablo


"Amor mío. La hora se acerca" 

26 octubre de 1951 (manuscrita) 

Adorada, no sabes qué furia tuve cuando el mismo día que llegamos te llamo y no contestas. Era tarde y me desaté contra ti con tales cosas que D. se ofendió. Le dije, estoy cansado de traiciones, esta es la verdadera M. que se ha paseado con su amiguito por la Costa Azul y que nos olvida. He pasado desesperado estos dos días, nervioso y colérico, tanto que hablé a Ivette para que fuera a París y averiguara todo. Piensa tú que alegría, hoy sé que habías llegado. En todo caso te has descuidado. Ya tendrás a esta hora cuanto te he mandado, escribe que has comprado algo chino para que no causes sorpresa, en cuanto a las cartas contesta cada una por su vía. No dejes de hacerlo sobre tus amigos de viaje. Quiero saberlo todo, y lo averiguaré en todo caso.
Amor mío, la hora se acerca. Está todo arreglado como convinimos. El lunes salimos a Viena, estaré de vuelta el 6 o 7 y luego nuestro plan. He creído mejor llamarte, no vaya a pasar lo mismo, te llamaré el 10 o después en la mañana. No salgas. Tenemos mucho que hablar y he tomado algunas decisiones que te gustarán. Porqué duermes arriba? No tienes para carbón? Ya te dí para Ines una orden, debes hacer lo que te pido, no quiero que tengas ninguna molestia, que te falte nada. Arregla bien los detalles para tu viaje, piensa que vas a decir en tu carta a D. etc. Yo pienso en tí día y noche, noche y día, amor mío, dulce mía, y no sé si te quiero pero te quiero. 
Eres mía y te beso


“Sabrás cuánto puedes herirme” 

[Carta manuscrita, fechada en Viena el 31 de octubre, sin año, pero sin duda de 1951.]

Viena 31 de octubre 

Mati mía?: 
Solo anteayer te escribía con mis grandes decisiones, defenderemos nuestro amor toda la vida. Ayer en el tren debí conversar largamente con José sobre la tía que no me quiere y así examinamos de donde sabe ella ciertas cosas y nos pusimos a recorrer mis amistades y las tuyas. Así -sin que lo esperara- supe lo que me ocultabas, las largas horas que casi diariamente has pasado allí y con quiénes, y muchos mas detalles. 
Matilde, fue todo esto un nuevo puñal, pero hay en tus cartas algo que me hace no tomar ninguna decisión apresurada, tu me dices que hasta hoy fuiste avara de tus cosas, pero que todo me lo contarás. 
Esto me ha reanimado. Si con toda tu verdad, aún lo que no se puede ni pensaste decir vienes a nuestro encuentro, yo sacaré toda la fuerza necesaria, y es posible que pueda vencer, y conservarte. (A esto vino a juntarse rumores venidos de Suiza de tu viaje con tus amigos mexicanos) Querida, si supieras como he escrito con tu pensamiento fijo y como, ocultándolo, te he buscado tiernos, tiernos regalos que te llevo, sabrás cuanto puedes herirme, pero solo con la mentira o sin la verdad. Todo esto, con gran esfuerzo lo hablaremos. El proyecto de reunirnos no encuentra ningún obstáculo, por el contrario, va mejor cada dia. Y nosotros? Sería, creo, a mas tardar el 10. Un beso, pero en la frente de quien quiere, de veras, defender tu amor


“Todo mi cuerpo está saturado de tí. Eres parte de mí” 

[Carta manuscrita en cuatro páginas pequeñas, con membrete del Hôtel D'Angleterre de Roma. La única indicación de fecha que tiene es “Hoy es el sábado 28”. No sabemos de qué mes, pero sí podemos colegir que es de 1952 por la alusión en clave que hace a la primera edición del libro Los versos del capitán, que apareció ese año.]

Hoy es el sábado 28 y he amanecido sin tus pies. Fue así. Me desperté y toqué al fin de la cama una cosa durita que resultó ser la almohada, pero después de muchas ilusiones mías. El hijo de nuestra tía se portó indiferente, me esperaba un auto (del impresor) y marché raudo. Tu hijo será gordo y maravilloso, tendrá 180 páginas. Y tendrá dibujitos en la frente y trasero.[Sin duda se trata de Los versos del capitán, dedicado a Matilde] . Bueno, parece que mi tía no quiere que vuelva a Italia y debes preparar tu viaje, pero con calma, como cuando comemos. Hasta ahora es así. No sé si en el día se cambiarán las cosas. Esta mañana me llevaron a un sitio con una tina blanca, no comprendí al principio, pero me metí, con miedo de disolverme. Había una gran toalla, qué pérdida de trapo, en S. Angelo se hubiera cortado en 12 y hubiera servido hasta junio 1953. Cuando me levanté y abrí a la camarera vi que me faltaba una parte de pyjama que según me dicen se llama pantalón. Es así: [dibujo de un pantalón.] 
Patoja mía estoy contento, soy como un soldado con su retaguardia segura. No me importa el fuego. No sé si estoy aun con mar o agua de Patoja, todo mi cuerpo está saturado de tí. Eres parte de mí, como la pirinola de su cane, sólo que tengo pirinolas tuyas hasta en el alma. Recién me llaman, esta tarde te escribiré de nuevo, acumularé todo el día besos para todo tu cuerpo que es interminable para mí, aunque la vida me la pasaré besándolo no lo terminaré de besar. 
Desperté a las 6 ½ a las 8 estaba vestido, son las 9 salgo a los tickets. 
Hay algo más importante que tu y que yo, somos tu y yo. Juntos somos lo que la pobre gente no alcanza jamás, el cielo en la tierra. Te aprieto a mi corazón, amor mío, con cuerpo, alma y amor. 

Tuyo 
Tu capitán 


“No seas perra, espérame” 

21 de Dic. 11 ¼ de la Noche (manuscrita) 

Amor mío, vida mía, es tarde aún, tu única carta en el bolsillo, no quiero romperla, la leo en los momentos mas curiosos. Pero aunque tu corazón sea injusto quiero que funcione tu chasca. No debo escribirte desde aquí. Por eso solo cuando alguien viaja va mi carta. Pero esto sucede a lo lejos. Ahora por ejemplo y aunque la pieza está llena de gente y yo no he comido aun a esta hora de la noche, y estoy enfermo de cansancio te escribo no para consolarte sino para aprovechar el minuto que esperé por días y días. Yo confío en tí, y aunque no tenga sino tu silencio qué me importa, no por eso me iré de gira por el Perú, se que eres mía y que soy tuyo y las cartas y las noticias sobran, nuestro amor llena todo, y cada cosa te hablará de mí a toda hora, y todo me trae noticias tuyas. 
Te quiero mi amor, no seas perra, espérame 
Tu Tuyo 
Pasaremos juntos el 1° de año.


“Te quiero, cochina Patoja” 

Domingo 
Amor mío, cuento las horas que me faltan para besar tu bocica adorada. Amor, amor, me haces mas falta que el aire y con el mar, aquí, completas lo mas bello del mundo para mí. 
Vuela a mis brazos, amor, corazón mío! Son las 11 ½ todo el mundo está en la playa, mañana a esta hora ya estarás leyendo y volando hacia mí. Te quiero, cochina Patoja. Te beso por todas partes empezando por la planta de tus pies y terminando en el último pelo de tu pelo de puma leona. Te adoro y espero 
tengo buenas 
novedades Tuyo 
te espero lo atardecer mas pronto que puedas encargos: píldoras cápsulas que tomaba en Italia, te acuerdas? Tu las tienes. 
Trae las copias para hacerlas. 
ropa de cama y nuestras 
sábanas. Limpiapipas toallas. 
[En el margen izquierdo:] Hace frío de noche. Traiga los V. del Capitán, ej. de Nyon.43 [es posible que se refiera a la primera edición de Los versos del capitán, de sólo cuarenta y cuatro ejemplares nominativos]
Su cane de Capri


“Ya te he arado entera” 

No eran celos, amor, sino exigencia de tu plenitud, de tu totalidad. 
Ahora ya te he arado entera, te he sembrado entera, te he abierto y cerrado, ahora eres mía. 
Para siempre! 


“Y todos los besos que caben en tu boca” 

12 de julio de 1954, el día del cincuentenario de Neruda. 

Amor mío, mi primer beso y mi primer pensamiento para mi adorada. Le mando algunas flores y a Ricardo por si lo necesita. Me quedo a ver si puedo escribir mi discurso. A mediodía corro a verla, mándeme el coche. 

50 años de amor para 
tí y todos los 
besos que caben en tu boca 
postal y en tu corazón 
que tiranizo 

Tu Pablo


“Adonde vayas, vas hacia mí” 

Sueño mío, adorada mía, sabes donde vas? 
Vas hacia mí. Adonde vayas, andes, vueles, corres, vas andando, volando, corriendo hacia mí.


“Mi retaguardia cagoncita” 

1952, 26 octubre 

Mi retaguardia cagoncita te mando estos libros para tus estantes y para tu cabeza de puma colorada. Amor mío, nuestro gran sufrimiento nos da amor nos da mas derecho al placer que nos da el amor, así lo merecemos. Tus lágrimas riegan tu corazón y el mío, te cambian y te enternecen, estamos mas juntos que muchos que jamás se separaron, nuestras raíces están amarradas y mojadas con las mismas lágrimas. Alma mía recibe mis besos de hoy, te apreto contra mí y te llevo así por todas partes donde voy, en la mitad del pecho. Tu Capitán 


“Voy volando sobre España” 

Van a ser las 4. Voy volando sobre España. Se ven secas las tierras abajo y mil pueblitos pobres. Dentro de algunas horas Ginebra, desde donde le mandaré esta y luego Amsterdam, donde dormiré. A Bruselas iré mañana. Solo veo los aburridos aeropuertos y sus ojos que beso. Suyo 


“Nuestro amor es como estos días de mar” 

Hoy, Santa Matilde. Isla Negra 1953 

puedo decirle que desde que la vi, aunque tuviera fiebre (41°) (como de costumbre) me prendé de Ud., hechicera de bolsillo, pero no me dí cuenta y el muy pelotudo tuvo que llegar a Rumania para darse cuenta, y así fué y así fué, tú la sultana del mar serás, yo fuí a buscar perlas, regreso trayendo Patoja en el alma, ay sí sí ay no nó, y entonces a d Ud qué le pasaba, frivolona, dirá pero todo fue así y hoy podemos enfermarnos juntos, sudar juntos, y revivir juntos para querernos -solo por querernos- toda la vida. 
Nuestro amor es como estos días de mar: limpios y claros, solo para ser felices. 
Suyo su admirador


“A mi no me vencerán” 

[Neruda fue detenido en Nápoles a petición del gobierno de Chile y trasladado a Roma, donde se le notificó que debía abandonar Italia.] 

Nápoles, 11 de Enero de 1952 

Amor mío, 
no sufras, 
no temas, 
mi vida la escogí yó y 
la escogí para tí también. 
Todo saldrá como 
lo queremos. 
Lo importante es 
nuestro tesoro, 
nuestro amor, 
a mí no me vencerán, 
eso espero que 
siempre pasará, 
vida mía, 
contigo. 
Quiero estar en todas partes seguro y orgulloso de tí. 
Tuyo


“Nunca he estado más solo” 

[Carta manuscrita, una página, fechada en Ámsterdam el 21 de noviembre de 1955.] 

Amsterdam 21 Nov. 55 
Amor le escribo a las once de la mañana desde el hall del hotel. Me levanté a las 9 y conseguí la visa belga, así es que parto a Bruselas hoy a las 3 para salir a Varsovia mañana a las 10 de la mañana. Di un paseo por el centro lleno de tiendas y bellas casas viejas. Le compré junto al canal una caja de papas de tulipas que plantaremos en su jardín. Anoche llegué a las 11 de la noche al hotel, pasee un poco mi soledad por el centro muy iluminado y lleno de bares (tomé 2 cervezas = 1 dólar) y me acosté muy cansado. Me tomé un Calcibronat51 pero desperté sobresaltado a la 1 exacta. Qué pasará? Echaría de menos el avión o su chasca cerca de mi. Me costó dormir de nuevo pero solo desperté a las 8 en punto, como en la Chascona. 
Hace un cielo blanco, casi frío, un día velado y triste. Nunca he estado más solo. No he hablado con una sola persona ni nadie me conoce al fin. Ya he gastado aquí 10 dólares. Todo me lo pagan. Entonces en qué? Un poco de tabaco, la visa, las tulipas y ya se fueron. 
Hasta luego amor, telefonee a Galvarino que no me fue posible hablar con Losada por la huelga. 

Hasta pronto mi Patoja adorada, cuídese y cuídeme! Le mando millones de besos y algo más. 





Carta de Perón a Evita -14 de Octubre de 1945

“Mi adorable tesoro: Sólo cuando estamos apartados de quienes amamos, sabemos cuanto les amamos. Desde que te dejé ahí, con el mayor dolor que se pueda imaginar, no he podido sosegar mi desdichado corazón. Ahora sé cuánto te amo y que no puedo vivir sin ti. Esta inmensa soledad está llena de tu presencia. Escribí hoy a Farrell (el presidente), pidiéndole acelerara mi excedencia y, tan pronto salga de aquí, nos casaremos y nos iremos a vivir en paz a cualquier sitio….. Desde casa me trajeron aquí, a Martín García, y no sé porqué estoy aquí ni me dicen nada. ¿Qué te parecen Farrell y Avalos? ¡Qué par de bastardos, hacer esto con su amigo! Así es la vida. Lo primero que hice al llegar fue escribirte. No pierdas los nervios ni descuides tu salud en mi ausencia hasta que vuelva. Estaría más tranquilo si supiera que no corres peligro y estás bien. Díle, por favor a Mercante que hable con Farrell para saber si autorizan que nos vayamos a Chubut. Creo también, que que tendrías que poner en marcha algún tipo de papeleo legal….. Ten mucha calma. Mazza te informará de cómo va todo.

Haré lo posible por regresar a Buenos Aires……..Si se acepta mi excedencia nos casaremos al día siguiente y si no, ya lo arreglaré todo de una manera u otra, pero sea lo que sea, pondremos fin a tu vulnerable situación. Amor mío, tengo en mi cuarto aquellas pequeñas fotos tuyas y las contemplo todos los día con los ojos húmedos. Que no te pase nada o de lo contrario mi vida habrá acabado. Cuídate mucho y no te preocupes por mí, pero quiéreme mucho porque necesito tu amor más que nunca…….Escribiré un libro sobre todo esto…..y ya veré entonces quién tenía razón. Lo malo de este tiempo y especialmente de este país, es la existencia de tantos idiotas, y como sabes, un idiota es peor que un canalla. Bueno mi vida, me gustaría seguir escribiendo todo el día pero Mazza te contará más de lo que yo te pueda decir. La lancha llegará dentro de media hora. Mis últimas palabras en esta carta serán para pedirte calma. Muchos, muchísimos besos a mi queridísima chinita. 
Perón”.





Carta de Delmira Agustini a Manuel Ugarte


Su carta me ha hecho casi más mal que su silencio. Yo creía que V. me interpretaba mejor. Estoy cierta de no haberle dicho en mi arabesco literario una sola cosa que no fuera verdad, y que no fuera, eso sí, más pálida que la verdad.
Y lo más raro del caso es que protesto de sus palabras y en el fondo tal vez le doy la razón. Es cierto, yo no he sido absolutamente sincera con V. Pero piense V. que hay sinceridades difíciles. Ese ligerísimo velo artístico era casi necesario… Piense V. que yo debo adivinar y decir.
Piense V. que todo lo que yo le he dicho y le digo se podría condensar en dos palabras. En dos palabras que pueden ser las más dulces, las más simples, o las más difíciles y dolorosas… Piense V. que esas dos palabras que yo pude en conciencia decirle al otro día de conocerlo, han debido ahogarse en mis labios ya que no en mi alma. Para ser absolutamente sincera yo debí decirlas; yo debí decirle que V. hizo el tormento de mi noche de bodas y de mi absurda luna de miel… Lo que pudo ser a la larga una novela humorística, se convirtió en tragedia. Lo que yo sufrí aquella noche no podré decírselo nunca. Entré a la sala como a un sepulcro sin más consuelo que el de pensar que lo vería. Mientras me vestían pregunté no sé cuántas veces si había llegado. Podría contarle todos sus gestos de aquella noche… La única mirada conciente que tuve, el único saludo inoportuno que inicié fueron para V. Tuve un relámpago de felicidad. Me pareció un momento que V. me miraba y me comprendía.
Que su espíritu estaba bien cerca del mío entre toda aquella gente molesta. Después, entre besos y saludos, lo único que yo esperaba era su mano. Lo único que yo deseaba era tenerle cerca un momento. El momento del retrato… Y después, sufrir, sufrir hasta que me despedí de V. Y después sufrir más, sufrir lo indecible…
V. sin saberlo sacudió mi vida. Yo pude decirle que todo esto era en mí nuevo, terrible y delicioso. Yo no esperaba nada, yo no podía esperar nada que no fuera amargo de este sentimiento, y la voluptuosidad más fuerte de mi vida ha sido hundirme en él. Yo sabía que V. venía para irse dejándome la tristeza del recuerdo y nada más.
Y yo prefería eso, y prefiero el sueño de lo que pudo ser a todas las realidades en que V. no vibre. Yo debí decirle todo eso, y más, para ser absolutamente sincera. Pero, entre otras cosas, he tenido miedo de descubrirme muy en el fondo, una de esas pobres almas débiles enteramente rendidas al amor. Imagine V. esa miseria frente a su sonrisa un poquito irónica de poderoso… Y yo, que he sabido sonreír tan irónicamente como V.…
Ya está dicho. Si después de todo esto vuelve V. a acusarme de engañadora y sutil, yo lo acusaré simplemente de mal intérprete sentimental. Nunca le acusaría de nada peor. Ni esperaría a que la brisa de primavera me trajera perfumes de allá para escribirle sin saber por qué. 
Y conste que me siento íntimamente herida.
Delmira



Sobre las cartas de amor - BenedettI



Una carta de amor 

no es un naipe de amor

una carta de amor tampoco es una carta
pastoral o crédito / de pago o fletamento

en cambio se asemeja a una carta de amparo
ya que si la alegría o la tristeza
se animan a escribir una carta de amor
es porque en las entrañas de la noche
se abren la euforia o la congoja
las cenizas se olvidan de su hoguera
o la culpa se asila en su pasado
una carta de amor
es por lo general un pobre afluente
de un río caudaloso
y nunca está a la altura del paisaje
ni de los ojos que miraron verdes
ni de los labios dulces
que besaron temblando o no besaron
ni del cielo que a veces se desploma
en trombas en escarnio o en granizo

una carta de amor puede enviarse
desde un altozano o desde una mazmorra
desde la exaltación o desde el duelo
pero no hay caso / siempre
será tan sólo un calco
una copia frugal del sentimiento

una carta de amor no es el amor
sino un informe de la ausencia.